271. ¿Qué es la Eucaristía?
La
Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor
Jesús, que Él instituyó para perpetuar en los siglos, hasta su segunda
venida, el sacrificio de la Cruz, confiando así a la Iglesia el memorial
de su Muerte y Resurrección. Es signo de unidad, vínculo de caridad y
banquete pascual, en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de
gracia y se nos da una prenda de la vida eterna. (Catecismo de la
Iglesia Católica #1322-1323-1409)
272. ¿Cuándo instituyó Jesucristo la Eucaristía?
Jesucristo
instituyó la Eucaristía el Jueves Santo, «la noche en que fue
entregado» (1 Co 11, 23), mientras celebraba con sus Apóstoles la Última
Cena. (Catecismo de la Iglesia Católica #1323-1337-1340 )
273. ¿Cómo instituyó la Eucaristía?
Después
de reunirse con los Apóstoles en el Cenáculo, Jesús tomó en sus manos
el pan, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros». Después tomó
en sus manos el cáliz con el vino y les dijo: «Tomad y bebed todos de
él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la Alianza nueva y
eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres, para el
perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía». (Catecismo de
la Iglesia Católica #1337-1340-1365, 1406)
274. ¿Qué representa la Eucaristía en la vida de la Iglesia?
La
Eucaristía es fuente y culmen de toda la vida cristiana. En ella
alcanzan su cumbre la acción santificante de Dios sobre nosotros y
nuestro culto a Él. La Eucaristía contiene todo el bien espiritual de la
Iglesia: el mismo Cristo, nuestra Pascua. Expresa y produce la comunión
en la vida divina y la unidad del Pueblo de Dios. Mediante la
celebración eucarística nos unimos a la liturgia del cielo y anticipamos
la vida eterna. (Catecismo de la Iglesia Católica #1324-1327-1407)
275. ¿Qué nombres recibe este sacramento?
La
inagotable riqueza de este sacramento se expresa con diversos nombres,
que evocan sus aspectos particulares. Los más comunes son: Eucaristía,
Santa Misa, Cena del Señor, Fracción del Pan, Celebración Eucarística,
Memorial de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, Santo
Sacrificio, Santa y Divina Liturgia, Santos Misterios, Santísimo
Sacramento del Altar, Sagrada Comunión. (Catecismo de la Iglesia
Católica #1328-1332 )
276. ¿Qué lugar ocupa la Eucaristía en el designio divino de salvación?
En
la Antigua Alianza, la Eucaristía fue anunciada sobre todo en la cena
pascual, celebrada cada año por los judíos con panes ázimos, como
recuerdo de la salida apresurada y liberadora de Egipto. Jesús la
anunció en sus enseñanzas y la instituyó celebrando con los Apóstoles la
Última Cena durante un banquete pascual. La Iglesia, fiel al mandato
del Señor: «Haced esto en memoria mía» (1 Co 11, 24), ha celebrado
siempre la Eucaristía, especialmente el domingo, día de la resurrección
de Jesús. (Catecismo de la Iglesia Católica #1333-1334)
277. ¿Cómo se desarrolla la celebración de la Eucaristía?
La
celebración eucarística se desarrolla en dos grandes momentos, que
forman un solo acto de culto: la liturgia de la Palabra, que comprende
la proclamación y la escucha de la Palabra de Dios; y la liturgia
eucarística, que comprende la presentación del pan y del vino, la
anáfora o plegaria eucarística, con las palabras de la consagración, y
la comunión. (Catecismo de la Iglesia Católica #1345-1355-1408)
278. ¿Quién es el ministro de la celebración de la Eucaristía?
El
ministro de la celebración de la Eucaristía es el sacerdote (obispo o
presbítero), válidamente ordenado, que actúa en la persona de Cristo
Cabeza y en nombre de la Iglesia. (Catecismo de la Iglesia Católica
#1348-1411)
279. ¿Cuáles son los elementos esenciales y necesarios para celebrar la Eucaristía?
Los
elementos esenciales y necesarios para celebrar la Eucaristía son el
pan de trigo y el vino de vid. (Catecismo de la Iglesia Católica #1412)
280. ¿En qué sentido la Eucaristía es memorial del sacrificio de Cristo?
La
Eucaristía es memorial del sacrificio de Cristo, en el sentido de que
hace presente y actual el sacrificio que Cristo ha ofrecido al Padre,
una vez por todas, sobre la Cruz en favor de la humanidad. El carácter
sacrificial de la Eucaristía se manifiesta en las mismas palabras de la
institución: «Esto es mi Cuerpo que se entrega por vosotros» y «Este
cáliz es la nueva alianza en mi Sangre que se derrama por vosotros» (Lc
22, 19-20). El sacrificio de la Cruz y el sacrificio de la Eucaristía
son un único sacrificio. Son idénticas la víctima y el oferente, y sólo
es distinto el modo de ofrecerse: de manera cruenta en la cruz,
incruenta en la Eucaristía. (Catecismo de la Iglesia Católica #1362-1367
)
281. ¿De qué modo la Iglesia participa del Sacrificio eucarístico?
En
la Eucaristía, el sacrificio de Cristo se hace también sacrificio de
los miembros de su Cuerpo. La vida de los fieles, su alabanza, su
sufrimiento, su oración y su trabajo se unen a los de Cristo. En cuanto
sacrificio, la Eucaristía se ofrece también por todos los fieles, vivos y
difuntos, en reparación de los pecados de todos los hombres y para
obtener de Dios beneficios espirituales y temporales. También la Iglesia
del cielo está unida a la ofrenda de Cristo. (Catecismo de la Iglesia
Católica #1368-1372-1414)
282. ¿Cómo está Jesucristo presente en la Eucaristía?
Jesucristo
está presente en la Eucaristía de modo único e incomparable. Está
presente, en efecto, de modo verdadero, real y sustancial: con su Cuerpo
y con su Sangre, con su Alma y su Divinidad. Cristo, todo entero, Dios y
hombre, está presente en ella de manera sacramental, es decir, bajo las
especies eucarísticas del pan y del vino. (Catecismo de la Iglesia
Católica #1373-1375 1413)
283. ¿Qué significa transubstanciación?
Transubstanciación
significa la conversión de toda la sustancia del pan en la sustancia
del Cuerpo de Cristo, y de toda la sustancia del vino en la sustancia de
su Sangre. Esta conversión se opera en la plegaria eucarística con la
consagración, mediante la eficacia de la palabra de Cristo y de la
acción del Espíritu Santo. Sin embargo, permanecen inalteradas las
características sensibles del pan y del vino, esto es las «especies
eucarísticas». (Catecismo de la Iglesia Católica #1376-1377-1413)
284. La fracción del pan, ¿divide a Cristo?
La
fracción del pan no divide a Cristo: Él está presente todo e íntegro en
cada especie eucarística y en cada una de sus partes. (Catecismo de la
Iglesia Católica #1377)
285. ¿Cuánto dura la presencia eucarística de Cristo?
La
presencia eucarística de Cristo continúa mientras subsistan las
especies eucarísticas. (Catecismo de la Iglesia Católica #1377 )
286. ¿Qué tipo de culto se debe rendir al sacramento de la Eucaristía?
Al
sacramento de la Eucaristía se le debe rendir el culto de latría, es
decir la adoración reservada a Dios, tanto durante la celebración
eucarística, como fuera de ella. La Iglesia, en efecto, conserva con la
máxima diligencia las Hostias consagradas, las lleva a los enfermos y a
otras personas imposibilitadas de participar en la Santa Misa, las
presenta a la solemne adoración de los fieles, las lleva en procesión e
invita a la frecuente visita y adoración del Santísimo Sacramento,
reservado en el Sagrario. (Catecismo de la Iglesia Católica
#1378-1381-1418)
287. ¿Por qué la Eucaristía es el banquete pascual?
La
Eucaristía es el banquete pascual porque Cristo, realizando
sacramentalmente su Pascua, nos entrega su Cuerpo y su Sangre, ofrecidos
como comida y bebida, y nos une con Él y entre nosotros en su
sacrificio. (Catecismo de la Iglesia Católica #1382-1384-1391-1396).
288. ¿Qué significa el altar?
El
altar es el símbolo de Cristo mismo, presente como víctima sacrificial
(altar-sacrificio de la Cruz), y como alimento celestial que se nos da a
nosotros (altar-mesa eucarística). (Catecismo de la Iglesia Católica
#1383-1410)
289. ¿Cuándo obliga la Iglesia a participar de la Santa Misa?
La
Iglesia establece que los fieles tienen obligación de participar de la
Santa Misa todos los domingos y fiestas de precepto, y recomienda que se
participe también en los demás días. (Catecismo de la Iglesia Católica
#1389-1417)
290. ¿Cuándo se debe recibir la sagrada Comunión?
La
Iglesia recomienda a los fieles que participan de la Santa Misa recibir
también, con las debidas disposiciones, la sagrada Comunión,
estableciendo la obligación de hacerlo al menos en Pascua. (Catecismo de
la Iglesia Católica #1389 )
291. ¿Qué se requiere para recibir la sagrada Comunión?
Para
recibir la sagrada Comunión se debe estar plenamente incorporado a la
Iglesia Católica y hallarse en gracia de Dios, es decir sin conciencia
de pecado mortal. Quien es consciente de haber cometido un pecado grave
debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a
comulgar. Son también importantes el espíritu de recogimiento y de
oración, la observancia del ayuno prescrito por la Iglesia y la actitud
corporal (gestos, vestimenta), en señal de respeto a Cristo. (Catecismo
de la Iglesia Católica #1385-1389-1415)
292. ¿Cuáles son los frutos de la sagrada Comunión?
La
sagrada Comunión acrecienta nuestra unión con Cristo y con su Iglesia,
conserva y renueva la vida de la gracia, recibida en el Bautismo y la
Confirmación y nos hace crecer en el amor al prójimo. Fortaleciéndonos
en la caridad, nos perdona los pecados veniales y nos preserva de los
pecados mortales para el futuro. (Catecismo de la Iglesia Católica
#1391-1397-1416)
293. ¿Cuándo se puede administrar la sagrada Comunión a los otros cristianos?
Los
ministros católicos administran lícitamente la sagrada Comunión a los
miembros de las Iglesias orientales que no están en plena comunión con
la Iglesia católica, siempre que éstos lo soliciten espontáneamente y
tengan las debidas disposiciones.
Asimismo,
los ministros católicos administran lícitamente la sagrada Comunión a
los miembros de otras comunidades eclesiales que, en presencia de una
grave necesidad, la pidan espontáneamente, estén bien dispuestos y
manifiesten la fe católica respecto al sacramento. (Catecismo de la
Iglesia Católica #1398-1401)
294. ¿Por qué se dice que la Eucaristía es «prenda de la gloria futura»?
La
Eucaristía es prenda de la gloria futura porque nos colma de toda
gracia y bendición del cielo, nos fortalece en la peregrinación de
nuestra vida terrena y nos hace desear la vida eterna, uniéndonos a
Cristo, sentado a la derecha del Padre, a la Iglesia del cielo, a la
Santísima Virgen y a todos los santos. (Catecismo de la Iglesia Católica
#1402-1405 )
«En
la Eucaristía, nosotros partimos "un mismo pan que es remedio de
inmortalidad, antídoto no para morir, sino para vivir en Jesucristo para
siempre"» (San Ignacio de Antioquía).
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